miércoles, 9 de abril de 2008

Carilda Oliver Labra --propuesta de Vicente Ponce


ME DESORDENO, AMOR, ME DESORDENO


Me desordeno, amor, me desordeno
cuando voy en tu boca, demorada
y casi sin por qué, casi por nada
te toco con la punta de mi seno.

Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desesperada:
y acaso sin estar enamorada
me desordeno, amor, me desordeno

Y mi suerte de fruta respetada
arde en tu mano lúbrica y turbada
como una mal promesa de veneno;

Y aunque quiero besarte arrodillada
cuando voy en tu boca, demorada
me desordeno, amor, me desordeno


Hola a todos/as. Me incorporo al blog muy encantado y muy feliz (y todavía lo seré mas cuando me coloque a la altura informática adecuada...Gracias,Pepo), con este poema de Carilda Oliver Labra, que se inscribe en la revuelta poética de los años 40 y 50 junto a otras mujeres latinoamericanas como Alfonsina Storni o Juana de Ibarburu aunque,ciertamente, con menor fortuna, dado que es una "ilustre desconocida" entre nosotros. Hasta 1997 o 1998 no se publican sendos poemarios como Discurso de Eva (Hiperión) o Calzada de Tirry 81 (Visor) La descubrí en un viaje a Cuba en 1991 gracias a una conversación casual y una insistencia casi patológica de gentes de la cultura cubana. Compré varios de sus libros en estado mugriento, subrayados y comentados en los márgenes (Al sur de mi garganta, 1950, es una leyenda popular en la isla) y tuve la inmensa suerte de que me llevaran hasta Matanzas para conocerla. Quizá este poema no es el que mas me gusta, pero está en la misma longitud de onda que lo esencial de su poética: el amor con rabia, radical, un dominio del verso deudor de la tradición española (Jenaro Talens llega a compararla con Sor Juana Inés de la Cruz o Rubén Darío...) y una notable imaginación simbólica.Sea como fuere, lo que me resulta deslumbrante es como consigue rehuir, en un poema "amoroso" (y todos hemos leído muchísimos) la "pornografía sentimental".¿Es un poema de amor..."y con mi soledad desesperada/y acaso sin estar enamorada? Con todo, además de los comentarios que os pueda suscitar, siempre he pensado al leerlo que sería un magnífico bolero, una pieza para ser leída y oída con música.Lo dejo aquí.

(Más poemas de Carilda Oliver en http://www.amediavoz.com/oliver.htm)

11 comentarios:

gotamarina dijo...

Me encantó! Es una delicia... imagenes y frases, el ritmo, todo... es tan sugerente... fantástico!
Perdón que no profundice más pero estoy agotada, mi estado me permite sólo esta explosión de entusiasmo, sin análisis. Gracias Vicente por este poema.

Josep E. Corbí dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Josep E. Corbí dijo...

Tengo un amigo que cuida su jardín de un modo tan ordenado que pasear por él me asfixia. No hay en su jardín sombra de malas hierbas ni hojas con las marcas de la caducidad. Todo los brotes se cercenan o respetan con un solo fin: que la planta brille limpia y ordenada. Yo así no puedo vivir. Necesito desordenarme. Por eso, riego las plantas de mi terraza, las cuido, pero también las descuido. Dejo que se marchite el geranio en su planta, hasta que hay demasiados y los podo. Por un instante, siento que la vida empieza, ordenada, de nuevo, pero sé que ese comienzo solo me atrae porque, como yo, acabará desordenándose. Y, al ser así me terraza, no puedo dejar de vibrar con el ritmo acompasado, pero telúrico, con las imágenes carnales, pero contenidas, del poema que Carilda (y, quizá, Vicente) alguna vez sintió que expresaba su vida.

Fernando Broncano dijo...

Buena forma de ver el poema, Vicente, como un posible bolero, yo lo he oido como una rumba,un mambo,imaginando un baile de giros y arreboles,de roces y risas. "y acaso sin estar enamorada/me desordeno, amor, me desordeno". Eso, sin más, es eros.
Gracias por la ironía y alegría del poema.

Josep E. Corbí dijo...

COMENTARIO DE NUÑO:

Saludos a todos. Gracias Vicente por esta primicia y por “agraciarme” de este modo con un descubrimiento sorprendente para mí, ignorante, como me estoy dando cuenta, de muchas de las voces más notables de aquellos pagos. No soy experto en boleros, Vicente, pero te creo y la radicalidad de esta poesía amatoria de la que hablas me hace pensar en otra radicalidad no tan lejana, la de la poesía mística española. En fin, me encanta el juego especular que establece Casilda en esta métrica: ese “me desordeno, amor, me desordeno” en el primero, octavo y último, sometido al mismo ritmo sónico, convierte a la pieza en un modelo a seguir. El único pero que pongo, según mi gusto, claro está, es la presencia de la rima dominante en “ada” y el recurso al “como” en el último verso del primer terceto.

Beatriz dijo...

La verdad es que la primera asociación que me ha traído a la cabeza este poema es la de la primera entrevista que tuve con mi directora de tesis, ha sido curioso porque desconocía el poema, pero al leerlo me ha resultado muy muy familiar. Ella me dijo que "si quería hacer una tesis lo primero que tenía que hacer era "desordenarme", pues una tesis es un acto de pasión", yo le respondí que yo era una persona bastante "desordenada", sólo que había que conocerme. Ella me miró escéptica, pero con los años se convirtió en amiga y confidente de muchos "desordenes pasionales" y me ha reconocido muchas veces que jamás hubiera pensado que tras mi apariencia tranquila hubiera tal capacidad de "desorden". El estado amoroso, pero también el sexual vivido apasionadamente, sólo puede ser desorden, pues procede de un "estado de excepción", si no es así no es auténtico. Por eso el anhelo de desorden del que habla Pepo, que es la pura y dura sensación de estar vivo. Claro, que niveles de desorden hay muchos y a mi a veces también me produce miedo mi capacidad infinita de desordenrame, aunque reconozco que sin miedo tampoco hay verdadera sensación de vida. "Entre la pena y la nada escojo la pena", que decía Faulkner

Josep E. Corbí dijo...

Llamar a lo vivo 'desordenado' es hablar desde un orden que nos asfixia. La planta no crece desordenada más que para una mirada que necesita rodearse de espacios que le confirmen en el rígido orden que ha impuesto sobre lo que llama su vida. La aparición de otro orden, más liviano y fértil, le asusta e incomoda por eso lo poda con un golpe seco, y aun quienes reconocen en esas hierbas que rompen la supuesta armonía el brote de lo vivo, se acercan a ellas como lanzándose a un abismo, pues no pueden vivirlo de otro, aunque realmente no sea tal cosa, sino crecimiento frágil e incierto. Como Bea, tengo miedo a desordenarme demasiado, pero, sobre todo, me asalta la angustia de pensar que nunca me acabo de desordenar lo suficiente para sentir cómo crecen en mi tronco las enredaderas que, lentamente, van poblando la terraza.

gotamarina dijo...

el poema de Carilda (lindo nombre, jamás lo había escuchado) es fabuloso. Y en la columna de comentarios fue creciendo otro poema, a dos voces, las de Pepo y Bea, girando alrededor del desorden y la vida, trepando por entre las palabras como las hojitas verdes de una enamorada del muro (es una enredadera, no sé si acá existe con ese nombre). Por eso digo que a veces los comentarios del blog me gustan más que los poemas... en este caso me gustan por igual, dos obras distintas y maravillosas las dos. Gracias co-bloggers por tanta belleza.

Vicente Ponce dijo...

Hola a todos/as: entro mucho mas tarde a bloggear de lo que me hubiera gustado dada mi incapacidad informática, incapacidad resuelta, de nuevo, gracias a Pepo y a su infinita paciencia.
Este poema (y algun otro igualmente sensual de C.O.Labra) me ha ido acompañando desde hace mucho tiempo.
Como para cualquiera de vosotros, hay poemas estacionales e intemporales, poemas a los que vuelves una y otra vez porque son memorables y poemas que solo son memorizables, además de los que pertenecen al orden de lo simplemente olvidable.
Desde luego este me sigue provocando siempre una profunda incomodidad.
Mas allá de sus imperfecciones, que comparto con la opinión de Nuño, o de la extensión a otros posibles estilos musicales...rumba, mambo, roce/fricción/abrazo (y vuelta a empezar)que plantea Fernando...el desasosiego, la tormenta electrica del poema para mi es la apelación al desorden y al control de esa misma "fuga pasional".
Hay que tener mucha potencia psíquica para ir al desorden amoroso sin miedo a no saber volver al orden de lo real. Quizá sea ese carácter de "desorden momentáneo" lo pueda calmar un miedo indecible sustituyendolo por un paisaje predecible.Creo que Pepo y Bea han planteado el miedo a desordenarse desde ángulos distintos. Pepo parece referirse al "buen encuadre": desordenarme demasiado/y/no desordenarme lo suficiente.Bea parece referirse a su capacidad infinita para desordenarse. Me quedo una vez más en la duda y quizá en el deseo de desordenarme algúna vez. En fin, el mar.

Diana Pérez dijo...

Soy taaaan desordenada (aunque creo que superficialmente tampoco se me nota), que siempre llego tarde a hacer mis comentarios. Este poema de Vicente me parecio hermoso, y tambien muchisimo los comentarios de Pepo sobre el jardin y Bea sobre el amor, y la vida, y de mi harmana y la enamorada del muro (estaba en la pared del fondo del jardin de nuestros abuelos, cuando eramos chicas)
Tarde y por primer vez, pero aca estoy.
Y el nuevo de Pepo es espectacular (creo que me gusta mas su lectura que el poema mismo, pero bueh!)
voy a releer el otro, a ver si me animo a escribir algo cuando los demas miran, no cuando ya todos los ojos estan concentrados en otra cosa:)

gotamarina dijo...

hola hermana! recien ahora encuentro tu comentario y parece abonar lo que aporté en el debate "periodicidad semanal vs quincenal": a mi me gustaría que los diálogos posibles a partir de un poema no se agoten en la semana que les toca ser el primero y ya está, parece un desperdicio, como exprimir una naranja por la mitad. En fin, bienvenida, y ojala te animes a escribir cuando todos miran, y ojalá todos miren para todos lados lo más que puedan.