La realidad exige
que lo digamos bien claro:
la vida sigue su curso.
Sucede así en Cannas y en Borodinó,
en los llanos de Kosovo y en Guernica.
Hay una gasolinera
en una pequeña plaza de Jericó,
hay bancos recién pintados
cerca de Bila Hora.
Las cartas van y vienen
entre Pearl Harbor y Hastings,
pasa un camión de muebles
bajo la mirada del león de Queronea
y solo un frente atmosférico amenaza
los florecientes jardines cercanos a Verdún.
Hay tanto de Todo
que lo que hay de Nada queda muy bien cubierto.
De los yates de Accio
llega la música
y en la cubierta, al sol, bailan las parejas.
Pasan siempre tantas cosas
que seguro tienen que pasar en todas partes.
Donde hay piedra sobre piedra
hay un carro de helados
cercado por los niños.
Donde estaba Hiroshima
de nuevo está Hiroshima
y se siguen produciendo
objetos de uso cotidiano.
No le faltan encantos a este hermoso mundo
ni tampoco amaneceres
para los que merece la pena despertar.
En los campos de Macejowice
la hierba es verde,
y en la hierba, como pasa en la hierba,
la escarcha, transparente.
Quizá no haya un lugar que no haya sido un campo de batalla,
los aún recordados,
los hoy ya olvidados,
bosques de cedros y bosques de abedules,
nieves y arenas, pantanos irisados
y barrancos de negro fracaso
donde en caso de urgencia
satisfacemos ahora nuestras necesidades.
Qué moraleja sale de todo esto: parece que ninguna.
Lo que de verdad sale es la sangre que seca rápida
y siempre algunos ríos, algunas nubes.
En esos desfiladeros trágicos
el viento se lleva los sombreros,
y es inevitable:
la imagen nos da risa.
Wislawa Szymborska
De Fin y principio, 1993
Versión de Abel Murcia
De Fin y principio, 1993
Versión de Abel Murcia
Me atrae mucho el arte de Wislawa Szymborska por la forma en que combina en sus composiciones la sencillez y la amplitud de temas. Este poema que os propongo tiene, a mi entender, la virtud de producir ecos inquietantes con la sola enumeración de unos cuantos nombres propios; exige de nuestra complicidad para que, ayudados por la Historia, valoremos nuestras fatigas sobre este achatado planeta.
Me produce vértigo saber lo que se esconde detrás de esos nombres: desde Jericó hasta Kosovo, desde el Batallón Sagrado de Queronea hasta Hiroshima, desde Cannas a Verdún. Y junto a estos nombres tan potentes en nuestra memoria, el eufemismo que oculta lo escatológico a modo de conclusión.
Y es sorprendente que la vida siga su curso, a pesar de sus pesares, a pesar de los nuestros.
7 comentarios:
No sé cómo será este poema en su versión original, pero la traducción con la que ahora me encuentro, me ha fascinado. A veces (diría que siempre), merece la pena esperar semana tras semana para encontrarse con un poema como este o, mejor, disfrutar de la experiencia que ahora tengo al leer este poema. Lo leo y lo releo y eso es lo más me importa. Podría, ahora, desgranar porque agradezco tanto esta propuesta. Podría decir muchas cosas, pero diré, de momento, tan solo dos.
Los tres primeros versos. 'La vida sigue su curso', pero no basta con eso. La realidad nos exige DECIRLA. Vengo de explicar a Brandom, cuyo libro más importante se titula 'Making it explicit'. Mi sospecha es que Brandom no comprende el papel del decir que expresa esos tres verse: el que exista una exigencia del decir y que el decir necesite la forma de esta hermosa letanía. Un decir que tiene la forma muscular y emocional de lo que se dice. No basta con que la vida siga su curso, hace falta que digamos que la vida sigue su curso. Al decirlo algo en nosotros se acomoda a ese hecho, nos hace sentirnos parte de esa verdad; caen durezas y resistencias; pero es esencial decirlo al ritmo que la vida pasa, no del modo seco que impone cierta concepción de lo conceptual.
Y la otra "Quiza no haya un lugar que no haya sido un campo de batalla'. Ayer, en cambio, hablamos en clase de Foucault, de su insistencia en la guerra como modelo para entender el poder. No me interesa eso, lo que me interesa es que ese verso aparezca como una revelación, a pesar de la trivialidad de su verdad. El paisaje por el que felizmente me demoraba el sábado, está teñido de sangre reseca, pero fluyen las fuentes.
La última fase de comentario anterior. Ahora caigo en la cuenta de que donde he puesto un 'pero', el poeta (la poeta. Desconozco de género o su sexo) pondría una 'y'. Y creo que habré ganado en comprensión el día que haya transformado ese pero en esa y.
Tengo un poema de Wislawa Szymborska copiado en un papel y guardado en mi carpeta de papeles que van siempre conmigo, y varias veces pensé en proponerlo en Pan de humo, pero me cortó el idioma y no saber más sobre la autora. La propuesta de María Jesús me provocó un irrefrenable impulso de leer más, y así fue como llegué a un montón de poemas maravillosos y a su discursó de aceptación del Nobel que tanto me gustó. Se quedó conmigo, Wslawa, estos días me sentí acompañada por ella, como si me hubiera reencontrado con una amiga. Me quedó una sensación general después de haber leído varias poemas suyos que no se corresponde con ninguno en particular, supongo, sino con el conjunto: la sensación de haberme asomado a un alma hermosa, la sensación tan agradable que queda después de haber pasado una tarde junto a una persona sabia y amable.
Es curioso, siempre pensé que la poesía es lenguaje, que es muy importante la lengua concreta, real, física de cada poema, y ahora con Wislawa me pregunto ¿qué tienen sus poemas que pueden transmitir tanto en lenguas ajenas? Nunca sabré cómo son sus poemas originales, ni cuánto se distancian estas traducciones que leemos de su aire original, y sin embargo me hechizan tanto; ¿me atraen las "ideas" que propone, me atraen conceptos? No puedo explicar bien por qué, pero me parece que no son conceptos, es otra cosa. ¿Imágenes? ¿La imagen de un desfiladero donde el viento hace volar nuestros sombreros, impregnados desfiladero y sombreros de todo lo que encierra este poema, y que aún así nos provoque risa? ¿La imagen del hombre que amo, durmiendo al lado mío, inalcanzable a mi deseo justamente por estar tan cerca? ¿La imagen de los que limpian las ruinas después de la guerra preparando el terreno para la reconstrucción, sin saber nada sobre el mundo nuevo? ¿los enamorados que creen que acaban de conocerse y tal vez se han cruzado ya muchas veces sin reconocerse? ¿aquel día, cualquier día de nuestras vidas que vivimos sin rastros en particular y ahora es como si no lo hubiéramos vivido? ¿Son imágenes? No se, se me quedan en el cuerpo, vibrando, me sugieren nuevos planos, luces y sombras, no se quedan quietos, me hacen pensar en mi boca paladeando un buen vino.
este poema en particular, y por motivos interpersonales que no viene al caso publicar, me hizo pensar en aquello de que "el microcosmos repite el macrocosmos" (o al revés): no queda un sitio en este planeta que no sea un campo de batalla, pero la vida sigue su curso, y como dice Pepo no basta con reconocerlo, hace falta DECIRLO; y sobre nuestros propios e internos campos de batalla o terrenos en ruinas también terminamos constatando que sopla el viento y hace volar nuestros sombreros, y a pesar de todo sonreímos. Es sólo una cuestión de tiempo.
una curiosidad: también encontré en la web la descripción con fotos de un evento artístico que consistió en proyectar poemas en letras luminosas sobre monumentos de Londres, una de las poetas proyectadas era nuestra amiga Wislawa. Lo comento porque creo que merece la pena echarle una ojeada:
http://www.inspiringcities.org/index.php?id=1&page_type=Article&id_article=18024
Perdonad mi retraso, y ahora mi prisa: llego de viaje y mi jetlag me hace leer sin la necesaria atención el poema de alguien que siempre te enseña una verdad llana y plena: Szymborska. Me gustan l@s poetas que sobreviven a las peores traducciones.
Yo también como Marina he pensado siempre en ella para ponerla en pandehumo, y lo haré (espero que no coincidamos en el mismo poema)
Ahora solo querría celebrar este canto a lo visible como reliquia de lo invisible. Podemos/debemos ver lo que hay como el rastro muchas veces de sangre de lo que fue, y así activar esa tensión entre el pasado y el futuro que Kafka y Hanna Arendt consideraban como la marca de lo humano
El poema me sugiere bastantes cosas. Uno no puede más que asentir constantemente mientras lo lee: es así, es así, es así...otra cosa es la belleza que logre el poema con su tradución. Digamos que puesto en prosa sigue siendo atractivo, fuera como fuera el original.
Lo leo como una especie de anti-kavafis, es decir, como si el poema abriera siempre la posibilidad del arraigo se esté donde se esté. Es como si se lograra la isotopía total y diera lo mismo estar en un lugar u otro. Hace ya tiempo que sé que estoy en mi lugar, que este es mi sitio, y pese a eso, no puedo dejar de enviar curricula a las partes más extrañas y alejadas del planeta, me "pone" esa tensión de la posibilidad abierta a que pueda abandonar este lugar, aunque hace ya tiempo que sé que es la posibilidad lo que me pone, y no el lugar en el que pudiera recalar, pues al cabo de unos días seguiría siendo un lugar como cualquier otro, intercambiable.
Hace unos años cuando mi padre intentaba preguntarme sobre mi nula capacidad por un establecimiento definitivo, le pregunté si no se preguntaba como sería una vida otra, una vida en otro lugar, si no se preguntaba por lo que hacían en otra parte del mundo. Me dijo un escueto "pues harán lo mismo que aquí". Pese que aún no he aceptado del todo esa respuesta, en el fondo sé que es cierta, y este poema me la trae a conciencia otra vez.
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