miércoles, 18 de junio de 2008

Rainer M. Rilke -propuesta de Carmen

LA PANTERA


Su mirada, de tanto ver pasar los barrotes,

está tan cansada que ya nada retiene.

Para ella es como si hubiera mil barrotes

y tras los mil barrotes no hubiera mundo.


El blando andar de sus vigorosos pasos elásticos,

que va trazando un círculo minúsculo,

es como una danza de fuerza alrededor de un centro,

donde una voluntad gigantesca yace embotada.


Sólo a veces el telón de sus pupilas

se levanta en silencio. Entonces penetra una imagen,

se desliza por la tensa calma de los miembros,

y al llegar al corazón deja de ser.

.......................... (Traducción de Joan Parra)


Me gustaría haber sido capaz de elegir un poema, pero hace tiempo que entendí que con la poesía no soy yo la que manda, ni mucho menos la que elige. La poesía me ha abierto puertas, ventanas y accesos a lugares a los que nunca creí que fuera a asomarme, pero no a voluntad propia, ella decide cómo, cuándo y dónde. A no ser que alguien como vosotros me sirva de guía para llegar a sosegarme en espacios tan poco frecuentados por mi como ciertos cuadros de Millais…

Estos últimos días, al abrir la puerta de mi casa he vuelto a encontrarme con la pantera. También al entrar en el coche, como una vieja amiga que está esperando. Y en el portal, allí también he visto a la pantera. Parece ser que ha venido a quedarse conmigo una temporada.

Os envío esta pantera que ha elegido visitarme en junio con un abrazo cariñoso y agradecido en general y un poco más especial a Fernando y Nuño: callo mucho, pero escucho siempre y os he oído. Gracias.

16 comentarios:

Fernando Broncano dijo...

Carmen/Rilke me llevan inmediatamente a la vieja película que tanto caló en mi imaginario (y en el de mucha gente): Cat People, La mujer pantera en esa creativa traducción española que por una vez acertó. Porque el poema/la película habla de esos misterios que catalizan ciertas corporeidades, que hemos centrado en lo femenino (Puig lo generalizó en El beso de la mujer pantera a la tensión entre un gay y un militante en una celda). Hay una parte felina en nuestras formas de relacionarnos que nos abisma.
Gracias Carmen, por este poema que tanto se acerca a tu universo iconográfico.

Nuño dijo...

Bienvenida, Carmen. Buenas tardes a tod@s. Perdonad que, en este instante, orille piadosamente el poema de Rilke. Sé que me lo consentiréis. Pero es tal la plasticidad que hay en la presentación de los versos de Rilke que Carmen nos regala su propio poema en el que la poesía, presa en la jaula de su prosa se transmuta en gacela, su gacela, nuestra gacela, siempre a punto de escapar.

Josep E. Corbí dijo...

Rilke nos ofrece una descripción precisa e iluminadora de lo que todos hemos visto en los zoológicos, pero apenas hemos sabido recoger en dos o tres observaciones mortecinas.

Cada estrofa incluye un quiebro conceptual que me sorprende por su capacidad de atinar en la descripción precisa del alma en una situación cotidiana y, gracias a ese acierto, llevarme más allá de donde me encontraba.

El poema de Rilke expresa el drama de la pantera y nos muestra cómo mirar para escapar a su destino si todavía nuestros ojos no se han velado del todo, ni embotado nuestra voluntad; si todavía no confundimos los barrotes con el mundo.

Creo que leo poesía para evitar que eso me ocurra de manera irreversible. Por eso me sobrecoge, la confesión de Carmen: la pantera me visita por una temporada. 'No hay nada que hacer', al menos eso piensa la pantera

Nuño dijo...

Y ahora sí, retorno a Rilke y a ese juego de pantera/gacela que espero toleréis porque sólo pretendía abrir un puente que os animara a llegar al mundo del poeta. Pero, claro, en este momento recuerdo que Pepo nos anunció y nos invitó hace tiempo a unas jornadas dedicadas de lleno a Rainer, con lo cual mi juego y ese "puente" me hacen pensar que ahora os resulten gratuitos. En fin, he de confesaros(hasta aquí he procurado en este blog silenciar en lo posible mi espacio personal)que Rilke fue el poeta de mi juventud del que llegué a "contagiarme" por culpa de la temprana traducción en verso de J.M.Valverde: a este libro (1957) de la colección ÁGORA lo traté como el bien más preciado de mi biblioteca, me lo regaló mi hermano mayor (por aquellos años, un buen poeta rompedor). Y hace algo más de un año tuve la dicha de recuperarlo perdido entre los depósitos de mi biblioteca rural. En aquel entonces, como en este presente, me resigné a no saber cómo sonaba Rilke en alemán, porque lo adivinaba en la traducción de Valverde ayudado por el jesuíta Schökel: llegué casi a convencerme de que la escritura de Rainer era en castellano. Que me perdone Carmen, pero he vuelto a Valverde para saborear "La pantera"(tres magníficos cuartetos en endecasílabos) y, completando mi juego, releer "La gacela" (un sublime soneto que respeta los endecasílabos del original). Este es el triste lastre del que carece del don de lenguas. Lo sé y a veces me consuela encontrar una traducción, cuando se trata de poesía, que me acerque no sólo al sentido sino a la forma( es decir al ritmo del tiempo, al ritmo de la armonía y, si es posible, para mayor gozo, al ritmo de la melodía). Sólo conozco "Cincuenta poesías" (título de la traducción de Rilke), pero para mí son suficientes, es mi Rainer transhumante, al que R. Argullol hace un poco más de un año recordó como "un poeta para Europa". Perdonadme si podéis este rollo. Salud para todos.

Fernando Broncano dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Fernando Broncano dijo...

Leído con más tranquilidad me parece un poema tristísimo: un poema de prisión y soledad. Una ocasional imagen que le llega de afuera muere en su cuerpo. Sentimos desde el otro lado de la jaula el misterio de quien está encerrado (en sí mism@?). Quizá esa pantera somos todos.

Beatriz dijo...

Por supuesto que la pantera somos todos, no creo que podamos leerlo de otra manera. No sé si habéis leído la novela La Jaula, la sensación que transmiten los protagonistas es exactamente la misma. El problema es que el "estado pantera" puede llegar a naturalizarse, podemos llegar a creer que los barrotes siempre han estado ahí y acabar por no verlos. Creo que una de las cosas que más me gusta de Rilke es la sutiliza de darnos el aviso con una metáfora tan gráfica.
Yo afortundamente no me siento pantera salvo en ocasiones puntuales, pues he aprendido a escaparme a través de los afectos y de los libros. ¿No es este blog ya de por sí una grieta en los barrotes?

Josep E. Corbí dijo...

Quería añadir a vuestros comentarios, con los que coincido con naturalidad, una reflexión que compara la última estrofa con la siguiente observación de Rilke en 'Los apuntes de Malte Laurids Brigge', donde se recoge, como en el poema, una observación de su experiencia en su primera visita a París:

"Aprendo a ver. No sé por qué, todo penetra en mí más profundamente, y no permanece donde, hasta ahora, todo terminaba. Tengo un interior que ignoraba. Así es desde ahora"

Uno de los aspectos que más me interesan de Dostoievski es cómo describe los modos enfermizos en los que un ser humano puede relacionarse con sus ideas. Jesús Vega me hizo ver que esa es la clave para entender los 'Cuentos morales' de Rohmer. En ambos casos, las ideas desvirtúan nuestra vida, operan como 'luminosas esperanzas' que nos permiten soportarla, pero de un modo cercenado. En el texto, por el contrario, Rilke lo que percibe le impregna y da luz a una manera de vivir más expresiva, que nace de un interior que desconocía (evitaría la tentación de pensar que ese interior está dado independientemente de su encuentro con el mundo, pero no quiero demorarme ahora en esa perplejidad. Es relevante, en este punto, que hable de percibir y no de pensar). ¿Qué ocurre con la pantera? Se alza el telón de sus pupilas por un instante, parece que verá y que su percepción, como la de Rilke, la llegará al corazón y que las cosas serán de otro modo desde entonces. Más la percepción se detiene en el camino hacia el corazón, no llega a tensar sus miembros, y sigue su vida desposeída. Esto me sugiere que la percepción no es un acto meramente intelectual, sino que te recorre. Cuando se queda un acto del entendimiento, entonces es que uno está embotado, confundido, porque solo así puede soportar la vida. Eso es lo que, a mi entender, les ocurre a los personajes de Dosteievski o a los de Rohmer en sus 'Cuentos morales'.

Fernando Broncano dijo...

No es quizá este el lugar para discutir matices filosóficos, pero matizaría un poco la oposición de Pepo entre la percepción y la idea. La percepción no está menos libre de autoengaños que el discurso (en mi entrada de hoy en mi blog hago algunas consideraciones al respecto, con la cabeza puesta en otro sitio, pero pensando también en los límites de la mirada). Me gustaría reflejar esa derrota que señala el poema, de los mil barrotes que hacen que el mundo más allá desaparezca, y que, ojalá no, impiden quizá también el vuelo de la imaginación del que habla Bea.
Me asusta la imagen de la imagen que entra y se disuelve, como si en la jaula incluso la mirada fuese impotente.

Josep E. Corbí dijo...

Gracias, Fernando, por la reflexión de hoy en tu blog. He dejado allí un breve comentario.

Y, ciertamente, estoy de acuerdo contigo en la percepción puede ser engañosa y que, como se hace patente en el poema, esa forma de engaño es la más difícil de sobrepasar.

Lo que quería destacar en mi comentario no era la contraposición entre idea y percepción, sino que una forma de relacionarte con lo que ves o piensas que te crea y otra que te abotarga. Y cómo la primera tiene que ver con la experiencia de sentirse impregnado por la idea o percepción.

Beatriz dijo...

Yo no tengo ni idea sobre el debate filosófico sobre la percepción, pero sí coincido en que a veces respondemos a nuestras percepciones de una manera entrenada por la cultura, otras, sin embargo, un estremecimiento, una sonrisa, o unas lágrimas que no sabemos de dónde proceden son el resultado de algo que percibimos y que como dice Pepp "nos sacude", estas percepciones son difíciles de explicar, pero no se olvidan y tienen a movernos mucho más que las otras. Si no que se lo digan a los místicos... Ya veis que cada loco con su tema....

gotamarina dijo...

Acabo de darme cuenta de que se perdió el comentario que hice dias atras, creo que fue el jueves por la noche. Por algún problema técnico nunca se publicó todo lo que había escrito. Lamentablemente tengo la costumbre de escribir directamente en la ventana de los comentarios y no guardar copia d elo que escirbo, así qu eno puedo recuperarlo, porque además me llevó mucho tiempo elaborar la respuesta, y además era un arespuesta en la que me metía con cosas muy íntimas de mí, o al menos así lo sentí, y para colmo hoy tengo mi moral por el piso, entré al blog para levantarme el ánimo, y ver que se había perdido mi comentario me desmoralizó del todo. Veo que se agregaron muchos cometnarios interesante desde la última vez que entré, pero no estoy en condiciones ni de leerlos, lamentablemente. Lamento tener una participaciónm tan lamentable en esta entrada, en parte por esa custión técnica y en parte por mi bajón. Si logro levantar la moral intentaré ponerme a la altura de todo lo que pasa aquí.

Lo que sí recuerdo y puedo reproducir es que me gustó mucho el poema y el comentario de Carmen y que instaría a Carmen a hablar mas y callar menos, porque su voz es muy apreciada.
Saludos a todos y Feliz San Juan, los que lo celebran.

Josep E. Corbí dijo...

COMENTARIO DE CARMEN:

Gracias a vuestros comentarios he aprendido un montón sobre este poema y de hecho con vuestro entusiasmo me habéis animado a comentar algo. Como dice Beatriz, lo que impregna es la metáfora gráfica de la pantera. Es una imagen increíblemente eficaz, y cuando pienso en el poema no recuerdo nunca las palabras, sino esa imagen que tengo grabada desde la primera vez que lo leí. De ahí mi comentario. Trato de pensar por qué precisamente ahora me visita esa imagen (aunque podría tener una justificación directa en mi estado de encierro-oposición). Cierto que es una imagen muy triste que creo que tengo más asociada a un problema de proceso creativo que de soledad y encierro. Algunos comentarios que habéis hecho me han recordado esa asociación: la idea de impotencia y la forma ambigua de relacionarte con lo que ves y piensas, que por un lado te empuja a crear y por otro bloquea... Yo no sé explicarlo, pero en ese sentido el diario de Rilke de esa época en París a la que hace referencia Josep está repleto de frustración ante el deseo de escribir y encontrar todos los caminos cerrados.
Me fascina ver hasta donde lleváis los poemas, un lujo. Por cierto, aprovecho para pedir un favorcito a Nuño ¿nos podrías pasar el poema de la gacela en esa traducción que tú tienes? A ver si con otra potente imagen rilkeana logro echar a la pantera de casa. Muchos besos

Nuño dijo...

(Sólo para pedir disculpas). Siento de veras que mi duende mecanográfico caprichosamente haya jugado con alguno de los signos. Aunque se pueda leer, me avergüenza el resultado. De todas formas tomadlo como prueba palpable del estado informático en un medio rural castellano, con una "red rural", con un servicio de "banda ancha" dicen (alguno lo moteja de "manga ancha", y unos ordenadores al alcance de cualquier manejo caprichoso. Desde uno de ellos escribí mi comentario. (Por cierto, hay mucho de jugo poético a veces en el juego del duende: Francisco Pino tituló uno de sus libros "Méquina dalicada").

Nuño dijo...

Cumplo el ruego de Carmen, aunque soy consciente de que en este espacio es dificil respetar la forma. (Como solución recurriré a un barrote para separar versos y a doble barrote para diferenciar cuartetos y tercetos). LA GACELA (Die gazelle):
Hechizada: la unión de dos palabras/ elegidas, no ha de alcanzar la rima/ que en tí viene y se va, como en eun signo./ De tu frente se elevan lira y hojas;// todo lo tuyo ya va en semejanzas/ por canciones de amor, cuyas palabras/ dan su blandor de pétalo alos ojos/ que dejan de leerlas, y se cierran// para verte: arrastrada hacia delante,/ tu carrera cargada de resortes/ que no han de dispararse mientras yergues// el cuello, oyendo,igual que al ir al baño/ en el bosque, se para la bañista/ con el lago en los ojos ya, al volverlos.// Salud.

gotamarina dijo...

Reaparezco. Hoy me pasó algo que tiene que ver con el poema y mi comentario perdido. Por circunstancias personales actuales me pasa más seguido de lo deseable sentirme atrapada, prisionera entre opciones que ninguna me satisface. Cada vez que me siento así me digo que sí hay salidas, que lo que pasa es que no las veo, pero sí las hay, siempre las hay. Hoy nuevamente me sentí así y como escapatoria me fui a dar una vuelta. Por suerte vivo en un pueblo muy chico y enseguida llegué al campo, a un lugar hermoso por donde nunca había estado, con un paisaje y un cielo tan bellos que era imposible seguir mal. Me acordé de la pantera, de lo que había intentado expresar antes, que no es nada nuevo, es más o menos lo que han dicho ustedes. Me encantan las imágenes plásticas del poema, los movimientos de la pantera, su danza en la jaula, etc. Para mí el nudo del poema está en su voluntad embotada, por eso no puede ver el mundo detras de los barrotes (lo que me pasa cuando no puedo imaginar salidas), para mí la clave es su corazón embotado, porque es en el corazón donde deberían surgir las imágenes liberadoras, pienso yo, para luego poder plasmarlas en el mundo y eludir los barrotes (supongo que esto tiene que ver con lo de percibir/pensar, pero por supuesto me falta el trasfondo teorico como para opinar sobre el tema y todavia no lei el blog de Fernando ni comentario de Pepo al caso). Lo que quiero decir es que cuando nos sentimos atrapados, y mirando el mundo alrededor sólo vemos barrotes, si logamos mantener una lucecita de esperanza de encontrar la salida, tarde o temprano la encontraremos, pero si no tenemos la esperanza, estamos librados al azar, y quién sabe.

Por supuesto después de pensar esto me digo: qué viva, puedo decir esto porque al fin y al cabo mis barrotes son metafóricos, no reales, pero ¿qué pasa cuando la prisión no es metafórica? No tengo una experiencia propia para hablar del tema, no puedo decir nada. Tal vez entonces inevitablemente la voluntad se embota para poder sobrevivir. Pero recuerdo haber leído casos de gente que vivió cautiverios aún más penosos que los de un zoológico y pudieron sobrevivir mejor gracias a alguna luz interior, así que guardo la esperanza de que siempre sea posible evitar el embotamiento total.

Interpretar el poema como metáfora del proceso creativo, como sugiere Carmen, o mejor dicho las palabras de Carmen me hacen acordar lo que siempre decía un amigo mío pintor: "cuanto más alto es el dique, con más fuerza se rompe".

Buenas noches.