SIENTO EL AGUA (fragmento)
Me he sentado esta tarde a la orilla del río
mucho tiempo, quizá mucho tiempo,
hasta que mis ojos fluían con el agua
y mi piel era fresca como la piel del río.
Cuando llegó la noche, ya no veía el agua
pero la sentía descender en la sombra.
No escuchaba otro ruido que aquel ruido en la noche;
no sentía en mí más que el sonido del agua.
¡Tantos seres humanos, tan inmensa la tierra,
y este ruido en la noche ha bastado para llenar mi corazón!
........Comentario
Los poemas de este libro, Blues castellanos (1961-66), me llegan de lejos como mi propia infancia y, sin embargo, los siento cerca. Su lectura es, para mí, una extraña mezcla de experiencia y de recuerdo. Cuando leo estos versos, me imagino a Antonio Gamoneda, con su corpachón entero, sentado junto al Duero (¿por qué el Duero? No lo sé; tal vez, porque imagino sus aguas desplazándose lentamente por la vieja Castilla y cruzar Zamora, esa ciudad donde nació Claudio Rodríguez, que emigró a Inglaterra e 1963, justo cuando se escribían estos versos, y cuyos poemas me acompañan algunas mañanas para rememorar, desde estas tierras verdes aunque pobladas por seres tristes, los paisajes adustos de mi infancia, su intensidad y su dolor) sintiendo el agua y sintiendo la noche. En mi paisaje, no hay agua, lo que llamamos 'río' es un barranco seco donde todavía crecen los tamariscos; por eso, me impresiona el lenguaje de los ríos mansos, aunque no sé muy bien lo que dicen, pero me hablan. Sheffield no tiene río, pero junto a mi casa hay un pequeño estanque donde se refleja el frío y el invierno de los árboles. Cuando me acerco a él, siento miedo, sé que sus aguas me obligarán a un acto de intimidad y así me ocurre día tras día, como un pequeño milagro. Su superficie siempre me parece profunda, será por los reflejos de los árboles o será porque uno resbala por ella hacia un lugar propio, pero desconocido.
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P.S. Tenía esta propuesta preparada desde hacía tiempo, cuando todavía el frío asolaba estas tierras. Pablo nos propuso hace un par de semanas otro poema del mismo poemario, pero no veo que ese hecho sea razón suficiente para cancelar o postergar una propuesta que ha sabido permanecer viva en mí a través de los meses.
11 comentarios:
Muchas veces he reflexionado sobre las emociones que desencadena la soledad, y este fragmento me lleva nuevamente a pensar en ella. La experiencia de Gamoneda que leemos en los dos últimos versos no me resulta desconocida. Sé que es paradójico, pero en soledad me he encontrado más profundamente ligada y comprensiva con los que me rodean y con el mundo en general, que cuando me he encontrado entre las vociferantes personas que acudiMOS a los conciertos roqueros en las fiestas de mi pueblo.
El éxtasis contemplativo y auditivo de Gamoneda no me resulta extraño y tampoco esa plenitud-felicidad que la sola existencia del agua y su sonido proporcionan al poeta, pero creo que será por la edad (estos cincuenta me traen frita) que la presencia de los otros a quienes aprecio, quiero, amo me resulta cada vez más necesaria y sin ellos nunca alcanzaría la felicidad modesta y transitoria de la que ahora disfruto. Felicidad transitoria, lo sé. Como lo son todas las cosas. Necesito, cada vez con más intensidad, las voces de los otros.
Las palabras finales de tu comentario, Pepo, me resultan enigmáticas: “porque uno resbala por ella (la superficie del agua) hacia un lugar propio, pero desconocido”. ¿A qué “propio” lugar te refieres? Si le pregunta es excesivamente personal, entenderé que no haya respuesta.
Poemas que hablan de vidas, comentarios de vidas que hablan de poemas.
Como diría Marina, un placer, señores.
En mi infancia sí hay ríos, y agua mucha agua, del mar, donde me siento en casa, del "pozo del cacao", donde mi padre se bañaba de niño y mis hermanos y yo también lo hicimos, de los viajes a Como, donde en los barcos que lo atraviesan y te permiten contemplarlo desde su centro me he sentido más en paz que en ningún sitio. El agua es para mi una compañera necesaria, otra visión de lo mínimo este poema. Comparto con María Jesús la necesidad de los seres queridos, pero para darles la mejor versión de mi misma necesito ese instante de vacío, de ver bailar al agua... Para mi ambos lazos son muy sugerentes si se anudan. ¿Qué instante más bello que mirar un lago cogiendo la mano a quien se ama?
Lamento mi silencio en propuestas anteriores, no fue por falta de interes hacia las propuestas sino porque otra vez "me comió lo cotidiano" como dice una amiga; más que la rutina, los chupaderos de energía con los que todavía convivo. No sé nada de Gamoneda salvo la propuesta anterior y ahora este fragmento de Pepo, no puedo contextualizar lo que leí, sólo disfrutarlo. Este fragmento me gusta mucho, bueno, los que me conocen un poco ya habrán visto todo lo que me pasa con el agua, es inevitable que este poema me emocione mucho. Me gusta cómo transmite a qué nos lleva la contemplación (como meditación zen), cómo se desvanecen las sensaciones de la propia persona y nos sentimos lo que contemplamos, nos podemos sentir nosotros mismos agua, río que corre en la noche, aún sin verlo, sólo por oirlo (estoy convencida de que el sentido del oído es mucho más instintivo que el de la vista). Además los comentarios de mis contertulias me trajeron mucha paz, como la de este río que puede llenar nuestro corazón, leí poema y coemtarios todo seguido y las palabras se entrelazaron con armonía y amor.
Buenas noches...
Soy vecino cimero del Tormes y el agua es gran parte de mi identidad, pero el agua limitada, el de livianas corrientes, no el mar que, gustándome, me acaba por ahogar. No me extraña, pues, que este fragmento(según el deseo de Pepo)le rememore su infancia y a Betriz ese sentimiento de paz y a Gotamarina y a Mº Jesús, a ambas, ese sentido de unicidad. Pero en el poema de A.G.,que no es, claro está, fragmentario, se habla de dos aguas, la "fluyente", la del fragmento señalado en la propuesta y la "quieta", la encerrada (la del cántaro de la última parte que no se incluye en la propuesta; y la del estanque en la que se refleja el interrogante de Pepo, ese no encontrarse nunca por el que pregunta MªJesús. Es curioso que en el texto de Pepo se esté comentando, en realidad, tanto el fragmento por él elegigo como el que no aparece. Porque estos últimos ocho versos entran a formar parte de ese "fiero" mundo enigmático de la poesía de A.G., mundo de dura "retracción" que se emparenta mucho con la expresión enigmática de Pepo, ese "resbalarse hacia un lugar propio, pero desconocido" que, si se me permite sacarla del contexto estricto, podría valer muy bien para definir cómodamente el "modus" poético de A.G.
Mil perdones pido a Pepo por tanto atrevimiento.
Salud para tod@s.
¿Qué es la fusión con un(a) paisaje/lugar/persona? El poema de AG me cuenta una experiencia de fusión, que alcanza a la noche en la que la fusión se transfigura en un ensimismamiento en ese estado de fusión que para AG es el flujo del agua. En Castilla la seca los rios son lugares de ensimismamiento. Los castellanos somos todos de secano y por ello el agua nos llama con una fuerza que es irresistible. Nuño (Jesús) tiene escrito un bello libro de poemas sobre la memoria del agua: no puede resistir una fuente sin beber, un arroyo sin ir a meter la mano (cuando paseamos por el campo es un dolor). Entendemos bien a AG: el agua es la memoria de la vida.
El poema lo leo en la clave de los místicos: una experiencia que necesita tiempo, atención, silencio, transformación y, luego, desvanecimiento en el flujo de lo realmente real. El agua, el viento, la tierra, el fuego, ..¿qué más da?
Esta semana Nuño (Jesús) expone en Peñaranda de Bracamonte (¿no oís los nombres castellanos?), en la Fundación Ruipérez unas docenas de placas de hierro dulce encontradas en el campo y trabajadas con un amor que es también fusión en el hierro como AG en el agua.
No conozco a nadie que no tenga una relación íntima con el agua, es curiosa su seducción, nos hace pensar en una relación personal y privada con ella, cuando parece ser la relación más universal; nos engaña con todos. Como bien apunta Fernando debe de haber una memoria del agua que tenga tantos años como la vida en ella de la que no nos podemos librar, aunque sólo sea porque como especie venimos de ahí. Y para colmo nos atrae en todas sus manifestaciones, desde una gota a una cascada, desde el río al estanque, desde el lago al océano, ya sea bajo forma de lluvia o de vapor o de hielo, agua es agua y como una especie de embrujo o hipnosis te paraliza.
Me ha interesado mucho que Pepo señale determinados espacios como temerosos por la intimidad a la que nos obligan, era algo que he presentido frente a ciertos lugares y no sabía darle expresión, me gusta como han quedado señalados esos espacios. Y del poema me quedo con la desproporción de la causa con los efectos, como ya me sucedió hace un poema o dos. La estética tiene esos milagros, un arroyo, una gota, un estanque, atrapa a un nido de facultades que puede pensar el universo entero, y me parece que eso lo logra expresar muy bien Gamoneda. Chateaubriand tenía un especial olfato para identificar el eslabón más pequeño de una cadena causal y ponerlo estéticamente como el agente de un suceso histórico de grandes proporciones, disfrutaba con las desproporciones como nadie. Algo de ese gusto me ha quedado cuando observo algo y comparo los efectos que me causa con su tamaño, el número que se expulsó junto a dios por la puerta entra por la ventana con la estética.
Saludos.
queridos contertulios: he vuelto a la propuesta, más que nada a los comentarios, y he leido ahora todos los que me siguen (antes del mío y con el mío, las mujeres, después del mío, los hombres, ¿?) y me he quedado purificada. Tanta agua y tantos comentarios hermosos tuvieron el efecto de dejarme bañada, como si yo misma me hubiera introducido en un agua maternal y uterina de la cual surgir reconfortada. Una vez más el milagro de Pan de humo obrando en mi vida con su poder benefactor. ¡Gracias!
Nuño: ¿cóm puedo hacer para leer tus poemas del agua? Empecé a recopilar literatura sobre el agua y me gustaría leerte. También busqué este poema de Gamoneda entero en internet y no lo encontré, veré de buscarlo en la biblioteca del pueblo, la imagen del agua estancada me interesa también. Curiosamente volví a encontrar este mismo fragmento en un sitio que se llama La poesía del agua y es interesante (quien quiera verlo el link está en mi blog)
Hay un libro de Bachelard que tiene unas imágenes muy hermosas del agua, lamentablemente mi ejemplar quedó del otro lado del océano y no puedo aportar más datos, pero supongo que es muy conocido, no? Si alguien quiere algun dato trataré de encontrarlo.
Me voy a dormir en paz con el mundo, sabiendo que no sólo compartimos amor a la poesía sino también vibraciones acuáticas... ya no soy especial, como dice Meteco, soy como todos ustedes, y eso nos hermana. Vivamos cerca del agua o lejos de ella, el agua nos llama y nos acoge. Buenas noches, pececitos míos!
María Jesús, nada específico se oculta tras las palabras 'hacia un lugar propio, pero desconocido'. Creo más bien que con esas palabras quería solo apuntar a la forma que el contacto íntimo con uno mismo parece tener y que, naturalmente, se traslada a la amistad.
Gracias, Pepo, un abrazo.
Para Gotamarina: Te copio la parte última del poema ("Yo no sé si he traicionado a mis amigos:/ el cántaro está lleno de un agua oscura y dulce,/ pero el cántaro sufre -el rojo, viejo barro.//Alguien tiene piedad de este cántaro./ Alguien comprende el cántaro y el agua./ Alguien rompe su cántaro por amor.// En todo caso, yo no he cogido el agua/ para bebérmela yo mismo". En A.G.: ESTA LUZ. Poesía reunida
(1947-2004), p.137). Sobre mi libro inédito MEMORIAL DE AGUAS (título que me regaló Fernando) indícame como puedo hacértelo llegar. Salud.
Hola Nuño, perdón por la demora en contestarte, estuve fuera el fin de semana. Muchas gracias por copiarme esta parte del cántaro, me gusta mucho. En cuanto a lo de tu libro. ahora te contesto mejor. Gracias!
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