miércoles, 28 de octubre de 2009

Hugo Mujica | propuesta de Fernando

Sin sombras ni huella

Hay que caminar descalzo,
huir desnudo
como un fugitivo sin meta
.........................para no estar nunca perdido


hundirse como una brasa
en la nieve,


o caer
como cae la lluvia para ser lluvia,
caer sin más huella
.........................que esa misma caída.

hundirse, caer
o volar como vuela de desnudez el viento
huyendo del espejo
.........................que nos atrapa en cada llegada.


HUGO MUJICA


Estaba estos días pensando sobre la condición de exilio que nos caracteriza a los humanos, y había elegido un maravilloso poema de Lope, “Irse y quedarse” que mi mala memoria no recordaba que ya había sido propuesto por Bea hace un año (gracias Bea). Este otro de Hugo Mujica vuelve sobre la misma naturaleza etérea, de paso, que caracteriza la vida, no tanto por la idea barroca de lo fugaz de la existencia sino por la conciencia contemporánea de lo fugitivo de la existencia, del abandono de lo estable, de la pérdida y la búsqueda sin fines, de la evitación de los espejos que atrapan una imagen que ya no es nuestra desde el momento en que es mirada. Hugo Mujica tiene un punto de misticismo que le acerca a Rilke y que es evocado en este poema que subraya el lugar intermedio entre el ángel y el animal en el que nos sitúa la vida. No siempre me apasiona, pero tiene algo que me resulta cercano y certero.

7 comentarios:

Nuño dijo...

He de advertir que hasta la segunda lectura no me di cuenta de que no era H.Mújica, sino H.Mujica, apellido de sonido más sereno, menos bronco, más de acuerdo, por cierto, al tono del poema propuesto. Tal es mi grado de desconocimiento sobre este poeta que me temo que me tendrá alerta durante algún tiempo y culparé a Fernando, por lo tanto, de esta obligación.
Más que leerle, lo he escuchado; tantas veces lo he escuchado que al intentar preguntarme por qué, me he dado cuenta de que la renuncia intencionada a la métrica, desnuda al poema y te fuerza más a la escucha que a su lectura. Pero hay un juego tan sutil en el poema que me inquieta y, en cierta manera, me atrae. Esa manifiesta pobreza y sencillez de expresión no es más que puro artificio con el que se oculta la riqueza del gran silencio de lo que no se dice pero acompaña de fondo la escucha de todo el poema. No se dice que el huir sin meta es lo permanente, ni se dice que la sed del deseo es fuente de dolor, ni se dice que el espejo es metáfora de lo efímero, de lo momentáneo, de lo transitorio, de lo artificial. En fin, el poema es un danzar de puntillas sobre las tablas de ese gran silencio que resuena y acompaña a todo el texto.
No hay métrica, pero sí mucha memoria y mucha herencia: "caminar descalzo/huir desnudo" me acercan al machadiano "ligero de equipaje"; "como vuela de desnudez el viento" me acerca también al decir de Juan de la Cruz.
Todo pues, tan descalzo, tan desnudo,tan esencial,tan sencillo: ¿quién pudiera sentir, temblar y escribirlo así?
Salud para tod@s.

gotamarina dijo...

pido perdón de antemano porque mi comentario será breve y sin forma pero no estoy para mas que esto. Me gusta mucho lo de hundirse como la brasa en la nieve y la parte de la lluvia, también la contraposición entre hundirse y caer por un lado y volar por el otro (primero para abajo, después para arriba); también la imagen del viento. Todo esto me gusta mucho. El comienzo no me gusta, en general no me gustan los "hay que" en ningún lado, ni me convence tanto lo de huir como un fugitivo. Y con el espejo me pasa que me hace pensar en algo muy personal e individual, como si el poeta al final revelara que no está huyendo por necesidad metafísica intrínseca al ser humano, digamos, sino que huye de sí mismo, de ése que encuentra en el espejo y lo atrapa. Pero como digo, mi comentario es muy fragmentario y deshilvanado.
Buenas noches!

meteco diletante dijo...

Durante toda la semana la cuestión de los movimientos me ha despistado bastante; la gran diferencia que hay entre caer como una brasa en la nieve o como gota de lluvia, y entre caminar descalzo (yo sigo pensando que todo lo que no sea ir confortable por un camino acomodado es otra cosa que caminar), huir desnudo o volar como el viento. Esa diferencia me entorpece la lectura a cada momento.

Pero hoy ha dejado de funcionar al dejar de fijarme en los movimientos y pasar al tema del espejo, las dos cosas parecen encajar. Es como si ese “que nos atrapa en cada llegada” encerrara la unidad de los dos movimientos. O igual no, pero me da que pensar. Esta semana estuve liado tratando de traducir con una mínima garantía el “grasp” inglés y quizás tenga que ver algo con lo que me pasa hoy. ¿Qué pasaría si no pudiéramos vernos nunca la cara, si no hubiera ningún tipo de reflejo? ¿Nos sería tan fácil reunir en una unidad todos los actos de nuestras vidas? ¿Se bastaría sola la memoria para lograr esa unidad de cosas tan dispares y contradictorias que resulta de sacar adelante una vida? Quizás ese verso diga algo parecido, que el espejo en ese atraparnos nos re-une de una forma u otra.

Saludos.

meteco diletante dijo...

qué tontería he dicho esta mañana. Sería como pensar que los ciegos son fragmentarios, o tuvieran un "yo" distinto.

En fin, me quedo como estaba antes, confundido con esa diferencia de los movimientos.

Josep E. Corbí dijo...

Me gusta el poema cuando lo siento, pero, cuando lo pienso, creo que no debería gustarme y eso hace que me guste más. Ni la idea ni las imágenes son particularmente novedosas ni brillantes; el ritmo quebrado parece no añadir nada; el 'hay que' debería molestarme, como le ocurre a Marina, pero no me inquieta. Es un 'hay que' que siento como un susurro, como el testamento de alguien que piensa que esa es toda su herencia y que, probablemente, la descubrió demasiado tarde. De todas las imágenes, hay una que es la que más me gusta "como fugitivo sin meta / para no estar nunca perdido" y, sin embargo, no debería gustarme. Ese 'nunca' desdice todo lo que pretende decirse y, sin embargo, ha perdido su contundencia. Es un clavo más al que uno se ase y pronto descubre óxido en las manos. En fin, que, como dice Fernando, recrea la filosofía de la vida de Rilke, con aparente torpeza y, sin embargo, no puedo dejar de agradecerlo, de sentirlo vivo. Tal vez, es que sigo siendo un beato y los sermones me tranquilizan.

Mª Jesúsearerine dijo...

Aunque fuera de tiempo (últimamente vivo siempre con retraso) envío mi comentario a la propuesta de Fernando. Como le sucede a Marina, tampoco a mí me seduce mucho la primera estrofa , entiendo que se nos muestra una forma de estar y de vivir , de afrontar la transitoriedad sin pretensiones, casi con desarraigo. Es una forma de vivir que el mismo poeta se impone con esa perífrasis de obligación, como tratando de convencerse.
Mi experiencia con el desarraigo es bien distinta. Mi padre fue un niño de la guerra que a los ocho años , solo, sin más referente que él mismo, tuvo que ingeniárselas para sobrevivir. Emigrante en Francia, en Suiza, en Valencia, siempre con el hambre y la miseria en los talones, nunca se sintió de nadie y siempre anduvo buscando un suelo donde enraizar, un grupo al que pertenecer.
Contaba Saramago que, antes de morir, su padre abrazó uno a uno los árboles que había plantado y criado con sus manos. Mi padre hizo lo mismo, porque finalmente logró sentir que pertenecía a alguna parte, logró que un trozo de tierra fuera su Ítaca particular, que cuatro árboles fueran su paraíso. Y el amor que sentía hacia lo que él había creado, construido, levantado con sus manos, era su identidad. Para alguien que siempre había vivido como el viento, que había vivido desnudo sintiendo la lluvia y la nieve en su cuerpo, el hecho de no huir, de tener una meta, de pertenecer a alguna parte, dio sentido a su existencia.
Quizá por esta razón me resulte tan amarga la ausencia de un futuro, de una meta. Porque alguien que no la tuvo por su origen y la encontró, logró sentirse vivo, tenazmente vivo, a pesar de todo.

gotamarina dijo...

María Jesús, qué hermoso comentario! Cada vez que hablás de tu padre me emocionás, transmitís tanto amor! Me das ganas de haberlo conocido...

Y, volviendo al poema, tu comentario me hace ver que lo de huir desnudo, etc, no puede entenderse más que en sentido figurado, como metáfora de algo metafísico, porque si lo tomamos literalmente, como sugirió Meteco y ahora dejas evidente con el comentario sobre tu padre, resulta duro de sobrellevar y no demasiado provechoso.
Besos!