miércoles, 3 de febrero de 2010

Magdalena Chocano / Propuesta de Beatriz

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Todavía siento esta melodía en la oscuridad
una partitura hecha trizas por familias
de músicos que ejecutan una justicia
sumaria en cada recodo de la urbe
¡cuánto castigo cabe en sus notas lejanas!

Esta augusta catalepsia tiene oídos
para olés y llantos

doquier reinan y dividen las leyes draconianas
contra el tararear furtivo

las reapariciones son
un remolino de hojas
que se revuelca
en el gris del otoño

duelo y vuelo en la santa madrugada,
ojeras de un sueño repleto de agitados acordes
de rencillas con el más allá porque la belleza
no cierre el paso a otras bellezas que se niegan
a marcar el compás,
que niegan el compás,
la maquina de incidentes entreteje
¡tantos ayes!
¡tantas manos retorciéndose en desesperados regazos!

esas voces atlánticas se agigantan por los ríos del aire
vuelve una rumba insomne a inundar la orilla del durmiente
nadie debe aferrarse así
a un estribillo
de palabras que no existen
nadie que no esté de más

de más y respirando el acontecimiento
que se extingue en la lejanía de un sonido
has de creer para sentir que tienes algo,
siendo el tener cada vez más decisivo,
y el sentir, apenas sombra del tener,
y no prosigo

es
evitar la sombra
tanto como
evitar la luz

Magdalena Chocano. Contra el ensimismamiento (partituras)

Comentario.


Tenía pensada otra propuesta para Pan de humo, que nada tiene que ver con ésta, pero uno de esos azares de la vida ha hecho que me encontrara con esta poeta cuando menos lo esperaba. Una amiga me ha regalado esta mañana una separata que hablaba de la poesía de Magdalena. A la autora la conozco, estamos juntas en un grupo de investigación, pero no sabía que escribía poesía, después, leyendo, la separata me han impresionado las citas de sus poemas y me he enterado de que es una poeta “para gourmets” en Perú. La verdad es que, pensándolo bien, no me extraña, sus ojos que parece que todo lo ven, duros y tiernos al mismo tiempo, sólo podían ser de alguien que se dedicara a esto. La pena es que en Internet sólo está este poema, no sé si es representativo o no, pero me ha gustado ese tono desolador, al tiempo que lleno de fortaleza, que transmite. Así que, ya que he hecho un descubrimiento que parece que promete os lo hago llegar. Ahora trataré de perseguirla hasta que consiga uno de sus poemarios!!!!

6 comentarios:

gotamarina dijo...

El comentario de Bea me da muchas ganas de conocer a la autora, eso de "ojos duros y tiernos a la vez" suena interesante! En cuanto al poema, lo que más me atrapa es el tono, como señaló Bea, y su contenido me resulta oscuro... la verdad, tengo sueño, tal vez debería dejar mi comentario para otro momento, pero me dio la impresión de que el tono de cantinela del poema y su contenido oscuro tiene que ver justamente con lo mismo que siento ahora, como si hubiera sido escrito en ese estado de iluminación que da el sueño a veces: nos permitimos la agramaticalidad, no hace falta concatenar bien las frases, podemos pasar de una imagen a otra sin explicación, oníricamente, y el resultado es perfecto. Tal vez me equivoco y estoy metiendo en el poema mi propio sueño, no el de la autora, pero en este momento me parece tan en consonancia lo que siento que no me reprimo y lo digo. Algo hay en el poema, habla de la "rumba insomne" que inunda "la orilla del durmiente", podría haber sido escrito una noche de insomnio..
Me gusta que aparezca la música, aunque me queda oscura la contraposición entre las dos músicas (salvo lo muy evidente, el "tararear furtivo", vital, rebelde, contra la música draconiana... por supuesto, me gusta mucho más el tararear furtivo). Me queda oscuro que sea tan decisivo el tener, y que el sentir sea sombra del tener, pero me gusta mucho el ritmo del final, y el final: evitar la sombra tanto como evitar la luz: zona de penumbra, como la mente del somnoliento, podría ser, no?
Bue... me voy a dormir. Buenas noches!

Fernando Broncano dijo...

La verdad es que me resultaba difícil el poema: me enredaba entre la forma y el fondo porque realmente tiene complejidad contextual. Comencé a leerlo bajo la luz de la metáfora de la "armonía de las esferas", como si tener algo en la vida fuese equivalente a sentir la música de las esferas sociales, vitales. El poema cobró melodía y fui entendiéndolo así como un poema de peligro, de amenaza de encontrarse ante el sinsentido como disonancia.
Quizá os ayude mi lectura. Si fuera así, me parece un poema, iba a decir luminoso, pero diré armonioso.

Josep E. Corbí dijo...

1. La verdad es que el comentario más sencillo que puedo hacer es este: mis sensaciones coinciden punto por punto con las de Fernando.

2. Por decir algo más: esas sensaciones se agrupan principalmente dos contrastes. El contraste entre forma y contenido: uno siente que no puedo separarlos, que la forma expresa el contenido y a la inversa. Un aspecto de esa forma-contenido es la dicotomía armonía-disloque, que asoma por todos los lugares. Y, como dice Fernando, en el disloque aparece la sombra de la amenaza. Me venía a la mente la terrible noche de los lápices, en Argentina; pero también parece una amenaza más cotidiana, como si esa noche fuese cualquier noche para algunos.

En fin, que me ha gustado mucho. Y le agradezco a Bea la propuesta.

Nuño dijo...

No te has desperezado aún, me decía mi madre cuando, bostezando, le daba los buenos días. En este estado de regusto del semisueño ("santa madrugada", "ojeras de un sueño") me sitúa la poeta. No leo, escucho y oigo mi partitura "furtiva" y marfinal, la que libré de los corsés de las "leyes draconianas" del gusto oficial y de la moda impuesta al modo de una "justicia sumaria". No leo, escucho, oigo y siento mi belleza, la que me asegura ese sentir y en ella me atrinchero frente al encanto (de encantamiento, claro está) y al "ensimismamiento" cataléptico del gusto y el sentir mimético y oficializado del momento.
Me conforta más oir que leer, porque si leo el poema hay muchos versos que me mezclan esas dos partituras y me cuesta aislarlas.
Salud para tod@s.

Nuño dijo...

Con permiso. Donde digo "marfinal", léase "marginal". Gracias.

Beatriz dijo...

Sólo deciros que La noche de los lápices no, pero experiencias semejantes en Perú son materia vital y poética de la autora por lo que yo sé... Así que las lecturas van muy acertadas por esa parte