.................................... ........Malevich
INTERVALO
(Diciembre 1968-Marzo 1969)
Arco tensado:
violenta trayectoria
entre los gajos
lejana carne amoratada
tierra rasgada
por las estelas de los pumas:
el viento herido en su equilibrio.
Racimos rojos enormes pesados
sueltan su lluvia sobre
la colcha de tus padres: lejana
carne amoratada
como en el tiro al blanco
eres tan huidiza
(fragmento)
Me permitiréis que no haga, en principio, glosa asertiva o denegatoria, tanto da, y sugiera dos libros:
* El objeto del siglo. Gérard Wajcman. Amorrortu Editores, Buenos Aires, 2001. Psicoanalista francés, miembro de L´Ecole de la Cause. Un libro nada recomendable para ningún verano donde se abre la posibilidad de designar el Objeto del siglo XX y especialmente adecuado para acercarse al proteico universo de Kazimir Malévitch y su cuadro-objeto...Cuadrángulo (título original), mas conocido como Cuadrado negro sobre fondo blanco (79cmx79cm.1915), que no es su título ni el de Malévitch sino una descripción del objeto hecha por él y que quedó a modo de nombre.
* Obra poética. Eduardo Hervás. Edición de Rafael Ballester Añón. Edicions Alfons El Magnànim. Generalitat Valenciana/Diputació de Valéncia. Valencia, 1994. Cuando ya estaba impreso su primer libro y a punto de confeccionarse la portada, Intervalo. Hontanar, Libros de Poesía, Valencia, 1972...decidió suicidarse un 28 de Octubre de 1972.
7 comentarios:
Hola a tod@s. Me gusta e inquieta este aparejamiento de la "pintura absoluta" de Mal�vich y este fragmento de Herv�s. Aunque hay una distancia significativa con aquella propuesta de Fernando (An�bal poetizando a un Millais) hay que agradecer a V. Ponce la sutileza de agrupar a Herv�s y a Mal�vich porque ambos, desde polos opuestos, se acercan m�s de lo que parece: Mal�vich renegando de toda la pintura anterior y defendiendo un "nuevo realismo pict�rico", la creaci�n absoluta, el "Cuadro Negro" como bandera de arranque; E. Herv�s, displicente con la poes�a oficial y sus cen�culos "autistas", explorador pertinaz de toda pl�stica nunca atendida por la academia, vividor de experiencias que muy pronto lo encerraron en el "malditismo", mucho antes de la transici�n y su punto final, gase�ndose para llegar al cuadro "supremo", la negaci�n de la pintura y de la vida. Otro exilio m�s dentro de tantos exilios. ("Musa locura" seg�n G. Labrador). Dec�a que me inquieta porque siento que me desarma su fragmentaci�n: me encuentro en el texto con An�bal (verso cristalino, sint�cticamente cortado...), me encanta ese sentido y ardiz de graduar la tensi�n hasta caer al final en la definici�n de lo que pretende ("eres tan huidiza"). Ah esa "lejana carne amoratada", esa bella imagen de "las estelas de los pumas"... S�lo por esto hay que saludar a E. Herv�s. Pero me inquieta tambi�n desconocer ahora c�mo contin�a este fragmento. Gracias a V. Ponce y salud para tod@s.
Me sugiere algo la tensión entre el supremo negro del cuadro de Malevich y "la lejana carne amoratada" sobre la que bascula el poema de Hervás. Ambas obras cerradas sobre una figura que interpela sin dejarse abrir: ese arco tensado, esos racimos rojos que se cierran en el "eres tan huidiza" (frase en la que resuena el Fausto). Me sugiere algo, pero no sabría qué decir. Escribo esto en Cervera, en la montaña palentina, después de un día de examen minucioso, y a veces apuntes a lápiz, de unas doce o quince ermitas o colegiatas románicas, y me pasa lo mismo con ellas: ¿en qué cielos estaban esos espíritus que crearon esas obras? La obra hermética tiene ese misterio que nos atrae y nos distancia al tiempo. Ecos de una aspiración a lo sublime. Salud
A mi cada pieza me sugiere una impresión distinta, el cuadro me hace pensar en la forma pura y en su dominio, la pintura exhibe sus secretos, pero todo está controlado. No hay necesidad de significar.
Sin embargo, en el poema, sobre todo en su segunda parte, entiendo que el significado es tan importante que la forma se pone a prueba. El proceso inverso. No sé si es por las noticias de estos días, pero me lleva a pensar en una mujer golpeada y vejada y en su cazador, el problema es que la pieza puede llegar a amar al cazador y cómo se cuenta eso...
Perdonad si estos días me desubico un poco del blog, pero no tengo acceso a internet todos los días...
He escrito el comentario que sigue mientras me encontraba cerca del mar, sin conexión a internet y, por tanto, sin conocer vuestros comentarios. Me ha emocionado, sobre todo, sentir la cercanía entre la visita a las iglesias románicas de Fernando y mi experiencia del mar, tan presente en casa de mi hermana Lola. Aquí tenéis mi comentario que, como siempre, no hace más que narrar las experiencias que me suscita el poema:
1. El poema de Eduardo Hervás me hace disfrutar por la austera armonía de su ritmo, que no se presta a una musicalidad sencilla y reclama de mí un esfuerzo similar al de sus imágenes. No acabo de encontrarme con la que aparece repetida (y, por tanto, subrayada): 'lejana carne amoratada'. 'Amoratada' me lleva al golpe o a la muerte, 'carne' evoca en mí vida, fragilidad y ternura, mientras 'lejana' subraya la dificultad del contacto entre nuestros cuerpos o la añoranza de un contacto que existió. La fusión de estas imágenes me atrae, pero no acaba de cristalizar en mí. No me gusta la palabra 'amoratada' o, tal vez, simplemente me inquieta.
2. Me atrae, en cambio, la imagen 'el viento pierde su equilibrio' porque el viento es un tipo de entidad cuya existencia es casi esencialmente desequilibrada, a diferencia de la brisa, por lo que destacar que ha perdido su equilibrio es como indicar que ha empezado a ser. La evocación de que tal vez sea esa también condición de la existencia humana, me atrae y permite comprender porque tanta persona equilibrada ha perdido el soplo de la vida.
3. 'La colcha de los padres' es una imagen turbadora. Bajo esa colcha fui engendrado, hijo del hastío o del deseo. Bajo esa colcha quiero guarecerme, en un espacio que adivino plagado de oscuridades. Sobre esa colcha caigo las perezosas mañanas de domingo. Esa colcha que el odio del padre puede usar para asfixiarme.
Entiendo la aposición del cuadro de Malévich con el poema de Eduardo Hervás como glosa por vía negativa, como contrapunto. El cuadro del primero nos deja en el reino de la forma pura…la imaginación no se detiene ante nada, y sin embargo eres retenido por esa puesta en marcha de imágenes asociadas, por interminables intentos que no tienen término alguno.
Sin embargo el poema de Hervás cristaliza rápido; después de la contemplación del cuadro de Malévich me inclino a decir que incluso obligadamente rápido, de ahí que me incline por el contrapunto como esencia de la aposición que lleva a cabo Vicente. Nunca me gustó —la rechazo sin más— la tesis de que todo es sexo sublimado, me gusta pensar que somos capaces actuar sin falsa conciencia de vez en cuando. No obstante, las imágenes de este poema cristalizan rápidamente en fotogramas de contenido sexual violento.
Me llega rápido el fálico y terrible tridente del Neptuno de la tercera elegía duinesa, con el arco tensado que hiere y traspasa unos 'gajos'. Sigue nuestro sanguinolento y amoratado aspecto al nacer; imagen de la más remota y lejana niñez. La carne arañada en un vigoroso trajín, la respiración transformada en jadeo. El escroto rojizo que eyacula y profana el espacio progenitor donde más allá del lejano nacimiento se encuentra la propia concepción…Todo esto se me impone, no me permite la opción de dejar la interpretación sexual como último recurso, en contra de mis preferencias. En su conjunto, me sugiere que en el sexo consentido sólo podemos profanar y hacer violencia a un pasado, nunca a los dos cuerpos presentes, por agitado y apasionado que sea. El último verso es el único que no se detiene en mi lectura y sigue campanilleando, sin saber a qué atiende.
En cualquier caso, al margen de si se trata de una interpretación adecuada o no, me importa seguir con la aposición entre los dos objetos de arte, con la que paso esta mañana.
Saludos.
hola entre las mañanas absurdas y calurosas de un verano a cachitos.
El cuadro de Malevich, sin saber absolutamente nada de él,me recuerda estas noches en que la luz se apaga, o, lo que es lo mismo: El fin del día, la nada absoluta para dejar paso a otra cosa(curioso que el poema se titule, Intervalo ¿no creéis?, ya que apunta la sugerencia a algo posterior entre la nada y lo que venga después)
Por otro lado, me quedo con "...el viento herido en su equilibrio...". Conjunto de creación para "estar ahí". Y me explico: es un verso nacido para ser.Quizás no en este poema, pues desde mi punto de vista queda algo fuera de lugar en el clima enrarecido de resto, pero si en sí mismo.Sin embargo, su perfección roza el histrionismo,vaya... creo.
Un saludo a todos!!!
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